Y dicen que los ordenadores en si,
no son inteligentes. Pues el mío hasta tiene sentimientos.
Tiene sus malos días como todos, a
veces, no puedo pedirle ni que abra el correo. No está ni para despertarse. Sin
embargo, raramente, debe oler mi café,
porque se pone a funcionar como una bala. No entiendo estas cosas, ¿Por qué a
veces los ordenadores van despacio y otras muy rápido?
Reconozco que aunque la necesito
para trabajar, no soy muy amigo de la tecnología. Siempre digo que lo primero
que haría si me tocara la lotería sería agarrar bien fuerte el móvil, apuntar y
estamparlo en 1000 pedacitos. Creo que después vería mi portátil y seguiría su
misma ruta. Su mismo caminito hacia la pared.
PD: Hoy, va muy rápido.
Pequeña felicidad Número 92.
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