lunes, 16 de abril de 2012

#55. Hacer una firma perfecta.


Recuerdo cuando mi padre me dijo que debía tener una firma. Yo no entendía muy bien su importancia, y creo que a día de hoy, sigo sin entenderlo, salvo que seas famoso. Mi primera firma era un poco rudimentaria, se leía perfectamente mi apellido subrayado con una gran y estirada jota.

Después la fui cambiando, cada dos por tres la miraba y pensaba “esta no me pega”, de este modo creo que tengo varios documentos oficiales con diferentes firmas, bueno, no creo que acabe entre rejas por ello, sabré explicarlo llegado el momento.

Llegué a pensar en utilizar una firma “rápida”, por si un día un grupo de fans me pedían firmas a las puertas de un estadio o un concierto, todos tenemos derecho a soñar.

Hoy en día, mi firma es muy sencilla, pero aún así, pocas veces me sale perfecta. Pero cuando es así, puedo escuchar los fuegos artificiales en mi cerebro, es como meter una canasta desde la mitad de la cancha, perfecto.

Pequeña felicidad Número 55.

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