Los bancos son como los dentistas. Se parecen en dos cosas, la primera,
no sueles ir para nada bueno, y la segunda, suele haber mucha gente esperando.
Hoy me tocaba ir a retirar dinero, bueno y malo. He pasado por delante
y al abrir la puerta he visto como al menos 8 personas se encontraban
esperando. No he llegado a poner el segundo pie dentro. Tenía que ir a otra
tienda y he pensado “voy a la tienda y luego paso a ver”. Al volver, sorpresa,
no había nadie. Creo que era la primera vez que no me hacían esperar en un
banco en toda mi vida.
“Hola, ¿paso ya? ¿No hay nadie?” Obviamente que no. Pero por si acaso,
como cuando ves que ha parado de llover pero sacas la mano para ver si cae
algo.
Pequeña felicidad Número 91.
No hay comentarios:
Publicar un comentario