Como buen nostálgico que os dije que
soy, obviamente en mi currículum, en negrita cursiva y tamaño 14 de tamaño de
fuente aparece la habilidad “cuenta-batallitas”.
Pues las cuento, mucho y muy bien,
que demonios. Me encanta recordar anécdotas divertidas con la gente, y cuando
las narro, lo hago como si de un Cuentacuentos se tratara. Quizás las mejoro un
poquito, pero como siempre digo, es mejor contar las cosas como se recuerdan
que como sucedieron.
Adoro esas sobremesas donde alguien
me dice “Venga Joan, cuenta algo, alguna anécdota”. No tienen que retorcerme
mucho el brazo, enseguida empiezo con mi típico “era verano del 91 y yo tenía 9
años cumplidos no hacía ni una semana cuando…” y a partir de ahí ya tengo
captada la atención, entonces, a volar.
Siempre me han gustado las películas
que cuentan con un narrador, son especiales,
quizás por eso, me gusta ser esa voz en off profunda que se oye en las
películas, soy el narrador de mi vida.
Pequeña felicidad Número 76.
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