¿Recordáis al Señor Conejo de Alicia en el País de las Maravillas? Su
cara de valium no auguraba buenas perspectivas, seguramente llegaba tarde
porque se pasó con los somníferos la noche anterior, pero quiero creer, que al
final, llegó a tiempo, fuera donde fuere que iba.

Sin embargo, y con que el tiempo es relativo, dijo Albertito, de vez en
cuando funcionamos a más de 60 minutos por hora. Llegas como un fórmula 1 a
rebufo del primero, parece que no, pero finalmente entras bajo el crono.
El bajón posterior a la supra-liberación de adrenalina es increíblemente
anestésico, llegas donde tienes que llegar, y te irías a dormir. Pero no pasa
nada, he llegado a tiempo, no vayan a decir que llego tarde.
Pequeña felicidad Número 53.
Esta entrada va dedicada a mi hijo Christian, al que hoy bautizamos con
una gran fiesta rodeado de “los nuestros” (con acento italiano mafiesco por
favor).
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