Soy un nostálgico empedernido, me
gusta todo lo retro y recordar los buenos viejos tiempos. Soy de esos que
recuerdan los 90 con amor, todo me parecía mejor, la música, las películas, la
televisión, las personas y hasta los humores.
De vez en cuando conecto alguna de
mis consolas antiguas, menos tecnología pero más recuerdos. El pasado siempre
huele bien.
Pero si hay algo que me entusiasma
es escuchar mis viejos cd’s. Con tan sólo escuchar las primeras canciones
siento que me transporto a la edad en la que las escuché por primera vez. Tengo
una memoria fantásticamente evocadora. Puedo llegar a recordar la primera vez
que escuché un tema de Interpol, mi grupo favorito, la hora, el lugar y hasta
lo que sentí en ese momento.
Me considero un gran contador de
historias, divago y me alargo, pero disfruto contándolas.
“Recuerdo que yo tenía 14 años
cuando, estando tumbado en casa viendo una película, empezó a sonar una canción
de fondo que hizo que rápidamente prestara atención a la letra para buscarla inmediatamente
por internet, tardé un par de horas, pero cuando la encontré no pude parar de
escucharla, al día siguiente fui a la tienda de discos de siempre y pasé un mes
sin escuchar otra cosa, así fue como descubrí a los…”. Cuántas veces habré
empezado una conversación así.
Ayer me compré, por tercera vez (no
trato muy bien los discos y suelen envejecer apresuradamente a los pocos años),
el Californication, de los Red Hot Chilli Peppers. Tenía 16 años, después de un
entrenamiento de fútbol, un compañero se acercó a mí dándome un cd grabado, con
un título escrito con rotulador lleno de faltas de ortografía. “Creo que te
gustará, son los Red Hot”. Al escuchar las 3 primeras canciones sucumbí a su
melódica guitarra, recuerdo que pensé que yo también quería tocar la guitarra
así, años más tarde, el solo de “Scar Tissue”, sería lo primero que aprendí a
tocar con mi guitarra. Cuando ayer mi volví a hacer con él, pude sentir esas
mismas sensaciones, por un momento pude volver a sentir mi largo pelo, mi acné
juvenil y mis ganas por descubrir cosas nuevas. No hay mejor forma de viajar
que volver a recordar los buenos, viejos y bonitos tiempos.
Pequeña felicidad Número 52.
No hay comentarios:
Publicar un comentario