sábado, 7 de abril de 2012

#46. Conducir por una carretera vacía.


Creo que Manacor es la ciudad con más coches por habitantes de España, y creo que juega en la primera división europea. Lo odio, no me gusta conducir por lugares demasiado “ocupados”. Además, en un coche, todos creemos que tenemos la razón.

“Tengo yo preferencia, que se pare él, además ese ceda el paso está torcido, no vale.”

En carretera la cosa es un poco mejor, menos cuando alguien se empeña en demostrar que no le importa que la gasolina esté a 1’50€ el litro, te pasan a 180km/h a 6000 revoluciones, no puedo evitar imaginarme cómo caen monedas de euro del tubo de escape, me encanta.

No es algo normal, pero a veces, en muy raras ocasiones, después de una curva en plena carretera, al llegar a una recta larguísima, ves que no hay ni un solo coche en el horizonte, todo el asfalto para mí. Nunca corro, jamás paso de 100, y en esos momentos, menos. No me invita a correr, me invita a disfrutar de la conducción, del aire en mi cara, de mis canciones en la radio y del paisaje traidor.

De niño solía soñar que era el único ser vivo del planeta, que podía tumbarme en plena calle sin miedo a ser atropellado. Que un sueño se cumpla, aunque sea en parte, ya pone las tablas con mi Juanito.

Pequeña felicidad Número 46.

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