jueves, 5 de abril de 2012

#44. Cantar a viva voz en el coche.


Adoro cantar, canto en la ducha, en casa, por la calle andando, puede que cante hasta de dormido, pero disfruto, sobre todo, cantando en el coche. No me importa si voy por la autopista o cerca de un colegio de silenciosas y tranquilas monjas. Canto como si Woodstock 69 se mudara al interior de mi coche. Interpreto, cierro los ojos, incluso puede que el volante haga de batería improvisada pero ante todo, disfruto, como un niño pequeño tirando piedras a botellas de cristal.

Cuando alguna vez veo a alguien en un coche cantando no puedo evitar reírme imaginando como se me ve a mí desde fuera, pero vaya, me da lo mismo. Cuando canto en mi coche el mundo se para, soy invisible e inaudible. Yo soy la estrella.

Una de las cosas que más me gusta hacer de mi vida. ¡Que se lo digan a los oídos de mi mujer!

Si veis un aspirante a Freddy Mercury en un coche absolutamente desbocado, saludad, soy yo.

Atención al video.   No os lo podéis perder.   

Pequeña felicidad Número 44.







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