lunes, 19 de marzo de 2012

#27. La primera vez que celebras “El día del padre”.


No sé cómo escribir esto sin que me vean los ojos llorosos, pero lo intentaré.

Siempre había visto esta fecha como algo un poco absurdo, el día del padre, de pequeño creía que ese día mi padre no tenía que ir a trabajar, o que las tiendas no abrían. Nada de eso, todo era mucho más simple, casi pasaba inadvertido salvo por la visita al abuelo, le regalábamos un paquete de Ducados (así lo quería y agradecía él) y poco más.

Solía pensar que si el día que fuera padre, el 19 de marzo sería igual que los otros, una especie de San Valentín de centro comercial, pero me equivocaba enormemente.

Respeto a los que piensan que este día es producto de la extinguida “Galerías Preciados”, y en cierto modo aciertan, pero antes de que las grandes superficies corrompieran en cierto modo este día, una mujer llamada Manolita Vicente promovió ese día entre sus alumnos a petición de los padres, celosos del Día de la Madre. Ese día los niños hacían manualidades para sus padres. Maravilloso.

Mi querido Christian aún es demasiado pequeño para hacerme algún “cenicero” de cerámica, sin embargo, me ha dado el honor de sentirme como el mejor padre de mi mundo desde el primer día.

Te quiero hijo mío.

Pequeña felicidad Número 27.

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