Me dan envidia ese tipo de personas
que son capaces de cambiar un enchufe que no funciona o que montan un mueble de
IKEA en 10 minutos. Carezco de esa parte del cerebro, lo admito.
Sin embargo, muy de vez en cuando,
con cada visita del cometa Halley, soy capaz de alcanzar la gloria con alguna
de estas tareas.
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FIGURAS IMPOSIBLES |
La verdad es que te sientes
realizado, el rey del mambo, una especie de presentador de “Bricomanía” sin
barba ni camisas de cuadros.
La última vez que logré algo así fue
montando un cajón de madera para la leña. Sí, estuve a punto de meter el cajón
en la chimenea cuando los clavos empezaron a doblarse, pero me negué a
claudicar antes 5 trozos de madera y 8 malditos tirafondos. Cuando lo terminé
se lo enseñé a mi mujer como el actor que levanta un Oscar. Orgulloso y muy “útil”.
No como la vez que una estantería nueva de IKEA terminó en el container de la
esquina…
Pequeña felicidad Número 22.
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