domingo, 3 de junio de 2012

#99. Despilfarrar de vez en cuando.


Cuando era más joven y no tenía ningún tipo de obligaciones y cargas, procuraba gastarme hasta la última peseta que ganaba, no le veía sentido a eso de trabajar para acumular números en el banco.

Ahora, aunque Dios me libre de cualquier tipo de tacañería, procuro ir con mucho cuidado con cada céntimo que gasto.  Es lo que tiene ser empresario y padre de familia.

Aún así, de vez en cuando me peleo conmigo mismo pensando “joder, si trabajo es para darme algún capricho”. Pero aún así, no suelo tener detalles conmigo mismo, son más del tipo ir a cenar a un sitio bonito o comprar algo a mi mujer o a mi familia.

Ayer cenamos en un precioso agroturismo, un enclave escondido entre las montañas del levante de Mallorca. Fuimos recomendados por uno de mis mejores clientes, eso me sirvió para que nos invitaran a las copas (que carajo) y puedo decir que pocas veces he comido mejor.

Ey, hasta a los cerdos les gusta andar por un césped limpito. La vida es demasiado corta como para preocuparse el 100% del tiempo del dinero. Ya lo ahorraremos por otra parte menos… deliciosa.

Pequeña felicidad Número 99.

No hay comentarios:

Publicar un comentario