Es curioso cómo de niño odiaba el
tedio de los canales de documentales y cómo ahora podría llegar a disfrutar de su
emisión las 24 horas del día.
Mi padre era fanático de La2, yo me ponía
de muy mala baba, una vez le dije “¿Para qué carajo quiero saber yo en qué
época del año está en celo el oso de las montañas de Oregón?”. Y la verdad es
que aún hoy en día no le veo la necesidad, salvo que te toque ir a un concurso
de responder preguntas rimbombantes, pero… ahora veo que es una pasada cómo te lo cuentan.
Con ese “narrador” con su vozarrón y esos sonidos de la naturaleza.
Me encanta, ya sea para simple
curiosidad o para conciliar el sueño, los canales de documentales me hacen
feliz.
Pequeña felicidad Número 86.
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