No me gusta que me guste, pero me gusta. El fútbol son las malas
hamburguesas del ocio social, no son muy buenas pero los hay que las prefieren
al solomillo de ternera.
Reconozco que me entretiene enormemente, pueden observarse muchísimos
matices en cada partido tales como el compromiso de los jugadores, o su
temperamento, carácter, fuerza, espíritu o amor propio. Mi padre siempre dice
que no tiene nada que ver con el fútbol de hace 30 años, me hace gracias cómo
dice eso de “antes ni se peinaban, ahora ya no quedan futbolistas con bigote”,
y caray, tiene razón.
Centrémonos en algo tan trivial como el fútbol para olvidar crisis, paro y demás cosas inevitables. |
Hoy se juega el “clásico”, Barça contra Real Madrid, como merengue, hoy
me temo lo peor, pero llevo toda la semana comentándolo y disfrutando, creo que
me gusta más toda la parafernalia previa que el partido en si, en los días que
corren, cualquier tema que haga hablar con pasión a la gente ya me parece bien.
En la antigua Roma, era gladiadores, esclavos y tigres. Ahora, son
jugadores, árbitros y un balón. Algo de civismo nos queda.
Pequeña felicidad Número 60.
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