Pequeña obra de arte diaria. Es como tener entrecot tierno de ternera
de primera calidad para cenar cada día, al carajo el hígado.
Un día me extenderé mucho más, pero como aperitivo diré que creo firmemente
que dentro de 200 años esta serie estará a la altura de “Odisea” de Homero
(valga la redundancia) dentro del mundo de las artes en general.
Tenemos pocos lujos televisivos, la televisión es pésima, pero poder
ver cada día algo de estos genios amarillos tiene un valor incalculable.
¿Quién no desearía la felicidad despreocupada de Homer Simpson?
Pequeña felicidad Número 33.
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