sábado, 24 de marzo de 2012

#32. Cuando los planes salen perfectos.


El día tiene 24 horas, no hay más, dedicamos unas 8 horas (los suertudos) a dormir, otras 8 horas (los muy muy suertudos a trabajar) y unas 3 horas entre desplazarnos, ir al baño, asearnos y alimentarnos, es decir, 19 horas, nos quedan 5 para hacer nuestras cosas, las realmente importantes. Los famosos “planes”.

Vale que el fin de semana tenemos más tiempo, pero también tenemos muchas más obligaciones “caseras”. En pleno 2012 la casa no se limpia sola, maldito seas Verne.

La vida se disfruta más con
despreocupación.
Sin embargo, nos gusta planear actividades como si del antiguo horario del Canal + se tratara: “A las 13’50h termino, parto a palma, estoy ahí a las 15h, hago mis cosas rápido para terminarlas a las 19’25h, vuelvo a Manacor sobre las 20’12, hago la compra para estar fuera a las 21’03h, voy a casa y tengo la cena hecha para las 22’26…” y seguimos y seguimos.

Pues llega el día en que todo sucede como una perfecta mesa de fichas de dominó, todo se va colocando de forma que llegas a tiempo a cada cita, a cada actividad y a cada plan.

Hoy ha sido de esos, me ha dado tiempo a hacer el desayuno, a trabajar con “FULL” de clientes, a comer, a ir a Palma, a que mi mujer se haga su segundo tattoo y yo mi séptimo, a llegar a Son Carrió para estar en la II Calçotada, volver tranquilamente y tener tiempo para escribir esta entrada, una por día, religiosamente.

A veces hasta Dios encaja las piezas. Somos fichas de dominó.


Pequeña felicidad Número 32.

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