jueves, 22 de marzo de 2012

#30. Cuando alguien te llama para saber si has llegado bien.


En la vida existen cosas que no podemos dominar. Son realmente las que nos producen temor, miedo o angustia. Yo no tengo miedo cuando voy al volante, pero me produce pavor pensar que alguien a quien quiero pueda sufrir un accidente. Y lo temo porque no lo controlo. Es una de mis pocas facetas irracionales.

Y porque conozco esa sensación de preocupación, valoro cuando alguien se preocupa por mí de esa forma.

Una simple llamada, un sms o si me apuráis, un corto “ten cuidado por la carretera, no corras por favor” es una muestra de cariño tierno como pocas puede haber.

La carretera es un nido de tragedias humanas y familiares, odio que la gente corra y haga el tonto con el coche. Si de mí dependiera, los automóviles no podrían pasar de 120 km/h.
POR FAVOR, CONDUCID DESPACIO.

Por todos los que nunca pudieron responder a esa llamada preocupada y emprendieron un camino por otra carretera hacia el cielo, por ellos va esta entrada.

Pequeña felicidad Número 30.

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