miércoles, 29 de febrero de 2012

#8. Desayunar con tiempo.


No hay nada como levantarse temprano para preparar un desayuno de reyes, de esos que pediríamos en el famoso-pedante “servicio de habitaciones” de un hotel.

Hubo un tiempo, donde me despertaba 10 minutos antes de salir a trabajar, lo justo para lavarme la cara, peinarme, vestirme y partir. Era joven y no conocía los pequeños lujos de la vida. Incluso os diré que de niño me acostaba vestido, y a veces hasta con los zapatos puestos para así poder dormir hasta el último minuto antes de ir al colegio.

Ahora me levanto como poco, una hora y media antes de partir. Hago café, hago el desayuno y si hace frío hasta enciendo la chimenea. Cada vez me gusta menos dormir, y lo dejo para ocasiones especiales, como si de un derroche de tiempo se tratara.

La paciencia y la dedicación suelen dar buenos frutos...

Pequeña felicidad Número 8.

1 comentario:

  1. Con lo buenos que estan estos desayunos al lado de la chimenea, con nuestro principito i viendo el sol por la ventana....
    No lo cambio por nada del mundo.

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